Siempre me ha gustado preparar postres, aunque no siempre me sale todo como se espera. Una vez quemé toda la parte de arriba de un bizcocho, en mi defensa diré que mi horno era viejo y no funcionaba muy bien. Como veis mis dotes para la cocina son incuestionables, por lo que cuando una amiga, llamada Luna, se ofreció a enseñarme cómo preparar galletas para navidad no dudé en decirle que me apuntaba.
Después de organizar nuestros horarios, decidimos quedar en su casa y nos dividimos los ingredientes. Creo que yo tenía que traer azúcar glas, colorantes y harina. Tras ver que no nos faltaba ningún ingrediente nos pusimos a hacer las galletas, teniendo cuidado con las medidas. Finalmente, nos salieron bastantes galletas y la verdad es que estuve bastante orgullosa del resultado. Las galletas tenían varias formas. Habían galletas en forma de ciervo, de estrella, de muñeco de jengibre... E intentamos hacer una especie de frosting de distintos colores y pintamos cada galleta de una forma diferente lo mejor posible.
Para mí esta experiencia combinó arte con la cocina y aunque no se me dio muy bien la parte artística de esta experiencia pude aprender a hacer galletas. Puedo decir que este ha sido un reto conseguido. Primero, hemos trabajado en equipo para tanto organizarnos como para la propia realización de las galletas. Aparte, tanto Luna como yo nos hemos dado cuenta de que pintar galletas no es lo nuestro pero hacerlas si, sabemos que dentro de nuestras habilidades está la cocina y necesitamos mejorar en lo que respecta al arte o dibujo, al menos yo sí.
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