Hace algunas semanas en el barrio donde vivo se empezaron a ver más gatos de lo normal. Al parecer, algún vecino había decidido romper y tirar la caseta donde se refugiaban y vivían un grupo de gatos callejeros. Otro vecino avisó de esto al resto a través de carteles por todo el barrio buscando una justificación a este hecho, sin embargo nadie dijo nada. Así, sin donde refugiarse los gatos están en medio de la calle sin tener a donde ir. Es entonces cuando aparecieron mininos pequeños, viendo a estos cachorros una amiga y yo decidimos darles comida y agua de forma regular.
Los seres humanos hemos tenido animales de compañía durante muchos años, siglos, sin embargo estando en el siglo XXI se esperaría que como personas que somos supiéramos cómo cuidar y tratar a estos animales. Cada día, perros y gatos son abandonados, por no hablar de otros animales menos populares como las serpientes o los peces. Creo que es hora de que las personas tomemos a los animales como una responsabilidad y no los tratemos como objetos.
Esta experiencia no ha sido muy planificada, al contrario ha sido una respuesta inmediata a la situación en la que estan estos gatos. En cuanto a la preparación, sólo se organizó las experiencias para que se les diera la misma comida y agua.
Esta experiencia ha significado una constancia y un compromiso ya que estamos cuidando de seres vivos. También, se ha considerado el aspecto ético de nuestras decisiones y acciones como seres humanos.
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